viernes, 26 de septiembre de 2014

Bajo el celo ciego.


Honney Peterson se hallaba junto a Alex, su novio, eran las 4:21 de la tarde, estaban en la sala del departamento en el que él vivía, la llevo al sillón que se encuentra a la derecha del pasillo principal de aquel lugar, ella llevaba una pequeña y sensual falda de color azul, blusa blanca, tenía su rostro angelical, sin maquillaje, ya que realmente no hacía falta para verse hermosa, su cabello rubio a la altura de los hombros, descalza y con un esa atracción amorosa hacia Alex permitía el escenario perfecto para hacer lo que ellos quisieran.


No era la primera vez que estaban solos y hacían el amor en ese sillón, al contrario, pareciera que se habían quedado sin ideas sobre qué hacer para aumentar la llama de la pasión que cada fin de semana sin duda alguna, llegaría, él la besaba, ella tocaba su vientre, permitiendo extender su mano en la parte baja de su cuerpo.


-Tengo algo nuevo para ti- dijo Alex de una forma dulce y delicada, esperando respuesta positiva de ella mientras él acariciaba su brazo mientras la miraba a los ojos -¿quieres probar algo nuevo? ¿Qué es?- le produjo curiosidad a ella y se notó que estaba interesada -¿Me dejarías atarte?- sonaba algo tentador, ella sonrió y le pregunto-¿atarme?- con una curiosidad que le intrigaba -sí, ataré tus manos- respondió el mientras saco una cinta color gris, parecía muy resistente –suena interesante…- -te encantará- él tomó un pedazo de cinta, ella colocó sus brazos juntos, preparada para ser víctima y cómplice de algún juego sexual que le apetecía en el fondo –¿solo las manos? – Pregunto dudosa, quería saber más – no- le respondió mientras giraba la cinta varias veces alrededor de su brazo, con su boca corto la cinta y enseguida tomo un pedazo más, pequeño, lo suficiente para cubrir su pequeña boca –no tengas miedo… te encantará- le dio, fijó en sus labios el pedazo de cinta –…y para comenzar con la diversión, tus ojos-  Alex sacó del bolsillo un pañuelo, color blanco, bastante delgado, pero no tanto como para dejar pasar la luz a sus ojos, ella cerró sus parpados, se veía tan decidida, hermosa y sensual, el dobló por la mitad el pañuelo, era evidente que no quería que ella viera lo que pasaría, todo era parte del juego.

Terminado esto, el comenzó a subir su blusa dejando mostrar esos pequeños y hermosos senos, el los beso con tanta delicadeza, ella gimió de forma muda, pues la cinta no le dejaba decir nada claramente, comenzó a subir su falda, no traía ropa interior, lo que hacía que la ocasión fuese más oportuna –Honney, tengo que ir al sanitario, espérame un momento- él se dirigió a la entrada del departamento y… abrió la puerta, Edwin, un amigo suyo entro, le saludo, cerraron la puerta de forma silenciosa, sin que ella se enterase de nada, el tipo se quitó los zapatos, y se dirigieron a la sala, -ya volví- le dijo Alex, mientras Ed comenzaba a desabrochar el pantalón, ella no sabía que alguien más estaba ahí, tenía las piernas abiertas, Alex le acariciaba los brazos, Ed le señalo que dejara de hacerlo, para que no notara su presencia de momento, comenzó a acariciarle el clítoris, de forma lenta, le susurro algo al odio De Alex, -¿te gusta princesa?- ella trato de decir algo y solo un “ajá” entre gemidos mudos.
Ed se retiró la ropa, era un hombre fornido, muy bien dotado, contrario a Alex, el era delgado, Ed humedeció su miembro, alzo su camisa y dijo, asemejando su voz a la de Alex –ahora, voy a penetrarte-  la acomodo de forma que su pierna izquierda quedase en modo vertical, sobre el hombro de Ed, ella sin saber nada, el introdujo su pene en el pelvis, Honney comenzó a sentir placer pensando en Alex –oh, sí hermosa, disfrútalo- dijo Alex para evitar sospechas, Ed comenzó a hacerlo de forma más intensa, ella gemía fuertemente, meneándose con tanto sensualismo,  Ed le tocaba los pechos,  y ella no dejaba de disfrutar esta sensación.
 Alex comenzó a quitarse el pantalón, lo bajo y comenzó a masturbarse, de un momento a otro ella se puso boca abajo, con los pies doblados y los brazos sobre el borde del sillón, literalmente “de perrito”, Ed por detrás fallándola, no tomaba descanso, en ese instante, en medio de tanto pudor y excitación por parte de Honney, Alex comenzó a quitar la venda de sus ojos, una, dos vueltas  -Oops- Alex rio, mientras ella volteaba sorprendida a ver quién estaba detrás, soltó un waaa enmudecido –Sorpresa, esto es genial, nena, ¿o no?- ella no sabía qué hacer, Ed seguida dentro de ella, ella no podía evitar quitarse y huir, -Es una sorpresa, ¿te gusta?- dijo Ed sin parar de moverse forzándola con los brazos – vamos, esto es genial! Vamos, continua, te encanta- Alex trato de tomar las manos, pero ella lo rechazaba – ¿hay algo mal?, nena, ¿pasa algo? Vamos a continuar- le dijo con sarcasmo mientras tomaba su cabello, trato de tomar sus manos, pero ella lo volvió a rechazar, Ed dijo –Ella es muy caprichosa- y comenzó a darle golpes en el trasero mientras continuaba con el acto, ella sabía que no quería más, pero de alguna manera no dejaba de disfrutarlo, pronto se perdió entre el acto y con sus manos comenzó a acariciar el miembro de Alex.
Ya lo había aceptado, Ed no dejaba de cambiar de posición, ella lo gozaba muchísimo, estaba acostada, recibiendo tanto placer mientras sostenía la pierna de Alex, sus gemidos no cesaban, Ed la besaba en la mejilla, ya no parecía la pareja de Alex, Paso un poco de tiempo y ella ya estaba sobre Ed, mientras Alex se masturbaba sentado en el sillón a lado de ellos, Ed le tocaba las nalgas y ella se movía eróticamente sobre Ed, miraba a Alex con tanto deseo mientras que el tocaba sus pechos, los acariciaba de una forma tan suave, de un momento para otro, Ed la alzó, coloco sus brazos hacia arriba, subió su blusa, los dos se masturbaron compulsivamente hasta terminar en sus pequeños y tiernos pechos, el semen no dejaba de fluir en su cuerpo y ella disfrutaba de la escena, con los brazos y boca encintados. De ser víctima pasó a ser invitada del acto.





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